L de Luck : ¡La suerte también juega en WorldSBK!
Para ganar el título de WorldSBK se necesita talento, medios, profesionalidad, trabajo, coraje y, sí, también algo de suerte
En el deporte en general, y también en la competición de motociclismo, no hay factor menos tangible y más invocado que la suerte. Si es verdad que la suerte no basta para conseguir grandes logros, también lo es que sin suerte no se consigue nada.
En WorldSBK, como en cualquier deporte de motor donde se conjugue el talento individual del piloto con la avanzada tecnología de su maquinaria, se triunfa por la acertada combinación de estos factores, pero no se conoce a ningún piloto que desprecie esa baza tan aleatoria que supone tener la fortuna de cara.
Hay una especie de suerte que tiene dueño, ‘la suerte del campeón’, que es la que acompaña ocasionalmente al número uno y le permite ganar incluso cuando aparentemente no le toca. ¿Pueden considerarse tocados por ese super poder los pilotos que ganaron por un punto – o medio- en la última carrera del año?
Pero, simplificando, en la competición como en la vida sólo hay dos clases de suerte: La buena y la mala. Con la buena suerte se halla explicación a que un piloto escape de un revolcón aparatoso solo con unas magulladuras. El piloto de WorldSBK que se queda sin frenos a final de recta proclama su buena suerte por salir bien librado de un episodio ‘que podía haber terminado mucho peor’ (aunque sus buenos reflejos para saltar de la moto sean determinantes para escapar de un trance tan delicado).
A la mala suerte se apela a veces cuando el resultado es negativo (¡cuantos titulares habrá relatando que tal o cual piloto ‘no tuvo suerte’ en una carrera!). A ella se le cargan también un de fallos técnicos: El latiguillo roto, el tornillo inoportunamente flojo, el eslabón de la cadena que estalla a una vuelta del final o el motor que dice basta (y deja un reguero de mala suerte en forma de aceite que pone a prueba los reflejos y la buena estrella del que rueda detrás).
Para contar con un aliado tan poderoso, no faltan rituales antes de salir a pista. Hay quien lleva amuletos escondidos y quien luce bien visibles tréboles de cuatro hojas en el casco. Hay colores y números que brindan fortuna, y quien más quien menos tiene uno. Porque, de acuerdo, la suerte difícilmente te servirá para ganar un título, pero la quieres de tu parte para esquivar el infortunio o la fatalidad. Y es que incluso en un mundo tan tecnificado que su acción se mide en milésimas de segundo, alivia pensar que cuando uno se pone al manillar de una máquina a 300 kms/h y compite por un metro de asfalto, se cuenta con una pizca de eso llamado suerte.
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